12 septiembre 2010

Espera


"...Hace ya cinco años que vivo de ti, que eres el único aire que respiro, que paso mi vida esperándote, creyéndote muerto si llegas tarde, muriendo por creerte muerto, volviendo a la vida cuando entras y estás aquí, muriendome por miedo a que te marches... Ahora respiro porque me estás hablando..."


A veces una salida, una caminata es disparador de miles de pensamiento, sensaciones e ideas.
No es normal que me ocurra esto, pero hoy anduve por el bosque, luego de andar a orillas del mar, y aunque no lo parecía pensaba en vos. Como siempre, en nosotros.
Cuánto futuro por delante tendremos? Y quién puede predecir ese futuro?
La ansiedad, siempre fui ansiosa y lo sabés... No me gusta esperar... y sin embargo, toda nuestra vida se basa en la espera...
Recuerdo, que de pequeña, me fascinaban las inmensidades, me dolían los ojos de mirar el mar en su vaivén despreocupado... la altura de los árboles... lo profundo de los precipicios...
Hoy, me siguen obnubilando la mayoría de esas cosas y sin embargo, algo dentro mío cambió... No sé qué habrá sido pero ya no me genera el mismo vértigo...
Ahora, miro la ventana mientras escribo, esperando que sea la hora indicada, el cielo espeso de nubes no me dice demasiado y la oscuridad no se rompe con ninguna estrella...
Cuántas cosas habrán cambiado alla afuera?
Pienso en la gente, detrás de las ventanas iluminadas de los edificios... es tarde, qué estarán haciendo? qué estarán pensando? Estarán, como yo, esperando la llegada, el alivio cotidiano, una sonrisa, un gesto...
Repaso fotos viejas, pensamientos gastados... te reconzoco en los gestos y sonrío...
Buscando una acitivdad, me encontré con estos ejercicios de memoria que realizaba tan seguido... este viejo encanto de escribir... de dejar que las palabras fluyan y este abuso de sentimientos y pensamiento que viajan a través de mi...
Pienso, esta vez también en lo que está por llegar... ya no aguanto la espera y me levanto miro la ventana, tomo un mate, prendo un cigarrillo... vuelvo a escribir...
Cuando se calla mi cabeza y se prende mi voz: esa es la juiciosa señal de que estás conmigo... cuando me puedo relajar, acurrucada en tu pecho y lentamente todo vuelve a su lugar...
Hasta mañana, que la vida cotidiana nos dispara a lugares diferentes y nos obliga a extrañar, pensar, esperar...


1 comentario:

Adrian Ribas dijo...

Que lindo lo que escribes. Saludos
Yo Argentino