30 noviembre 2008

Condenados a la vida Vagabunda

Nosotros somo como la mar...
Condenados a la vida vagabunda.


... Y si. En aquél entonces no era un final...

Sentí la enorme necesidad de volver a escribir. No sé bien por qué. Quizás es una manera de descargar e stress mental que me atormenta.

Quizás sea una manera de volver a empezar. De vagabundear entre los senderos que marcan estas perras negras. De navegar por la vida y mis pensamientos.

De cualquier forma, me senté y volví a escribir. Luego de este año cargado de ansiedades, miedos, llantos, mariposas en la panza, apuros, apremios y qué se yo cuántas cosas más.

Hoy, primero de diciembre de 2008, pensaba en lo que se venía. Mientras hacía cálculos de horarios de aviones, buses, horas, esperas; pensaba en lo que estaba por llegar.

Y si. Estamos condenados a la vida vagabunda. Como la mar.

Resulta que al final, hay cambios sobre los cambios. Cambia el estado civil. Cambia el código postal. Cambia, todo cambia.

Cuando trato de entender los por qués de las decisiones que tomamos nunca me doy cuenta en qué momento exacto dijimos que si...

Sólo veo los resultados. Y lo que queda de ellos.

Ahora se me vienen 4/5 meses subidos a un tren. Entre vestidos, anillos, flores y tules... pero además, con cajas, papel de diario, cintas de embalar y sobre todo aviones. Muchos aviones. Muchos kilómetros.

Dejaremos el viento atrás. Con el viento, se irán deslizando los recuerdos y memorias de estas montañas tan azules y este lago y este frío y este sol.

Amainarán un poco, de repente, los sueños patagónicos de unos meses atrás.

Comenzarán los sueños teñidos de sol y con gustito a sal. Perdiéndonos en la inmensidad del mar y meciéndonos en el vaivén de sus olas. Disfrutando del olor a mar, de la cercanía y de la sensación que sólo me provoca el ruido de las olas rompiendo en la orilla.

Quizás algunos rostros familiares nos acompañen, y hasta una risa conocida y cercana nos convide un mate... o dos

Quizás sea el escenario perfecto, para el comienzo de un nuevo capítulo.

Quizás sea el escenario perfecto para comenzar a "Amar a Mares"