07 julio 2012

Pongamos que hablo de Madrid...


Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.


Caminar por las calles hasta que me duelan los pies. Pasear por la gran via. Sacarme fotos en la puerta del sol. Tomar una cerveza en la Plaza Mayor. Dejar correr las horas bajo el sol del Parque del Retiro. Ir de tapas una noche. Verte sonreír en el mercado... A veces una lista no alcanza para contener tantos deseos. A veces esas palabras no expresan ni contienen todo lo que se puede sentir al momento de cumplirla. En nuestra lista no estaban las mejores cosas del viaje, ni los mejores recuerdos, mucho menos las mas lindas sonrisas de todo Madrid. A partir de una lista que solo contenía acciones y lugares, construimos mas sueños, mas recuerdos. Retomamos viejos planes, organizamos nuevos... Debo decir, que mientras recorríamos metro a metro una ciudad que termine amando, trataba de musicalizarla, como en las películas, y todavía no entiendo lo de "negro, como el metro de Madrid". Recordar todas y cada una de las canciones que siempre me hicieron soñar con esta ciudad era una constante... De vez en cuando, quedaba absorta y perdida entre las callecitas cubiertas de empedrado e historia... Caminando, tratando con mi camara de capturarlo todo. De encerrar en el lente todo aquello que nos hacia latir el pecho con mas fuerza... Y vos allí, al lado mío, haciéndome acordar donde comenzó todo. Y los tres recogiendo jirones de sueños, colocándolos uno al lado del otro y llevándolos por bandera, como insignia... Así, el buen clima, el sol, la brisa suave, la ropa liviana, mis pasos, sus risas y tu mano aferrada a la mía... Todo se conjugaba perfectamente. El viaje recién empezaba y ya tachamos gran parte de la lista. Abrir los ojos bien grandes para sabernos despiertos. Mirarnos y entender que todo tenía sentido...

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