12 abril 2009

Yo creo y con eso basta...

Siempre quedaba el pulsar de la cosas por venir,
la sensación de que incluso ahora aún quedaba tiempo.


Tengo una mezcla de sentimientos, pensamientos, razones y qué se yo cuántas cosas más metidas en mi cabeza...
Es que ultimamente la mantengo ocupada. Tanto, que casi no noté la ausencia de Javi por estos días. Tanto que ahora que me doy cuenta, ya casi está por llegar...
Su llegada -además de hacer mágico el futuro-, es signo inequívoco de que nos corren los días. Como una cuenta regresiva de algo que está por estallar, los días se empujan unos sobre otros, presurosos... Llegará el 23 de mayo y con él toda una nueva vida por delante.
Como de costumbre, las cosas que en mí generan crisis o cambios, es decir, que por alguna razón se convierten en hitos de mi vida, son a lo grande, con todo, por algun motivo inolvidables.
Esta vez, como ya habré comentado -casi como al pasar- en algún otro post, no es sólo un cambio de destino (o quizás es justamente eso...), no es sólo pasar de Calafate a Mar del Plata, es comenzar allí una nueva vida juntos.
Mi cabeza ya no procesa las emociones y mi famosa habilidad para ocultarlas se borra, se desdibuja de manera incontrolable... Hace poco leí en una revista una declaración de amor y un pedido de (re)casamiento tan poco cursi y a la vez tan... tan eficiente, que lo tomé como mío y me emocioné como si fueramos nosotros, con una botella de vino, mirándonos frente al mar...
Cada tanto, reviso la lista de tareas aún por hacer. Queda poco y queda bastante.
De tanto en tanto, también, me asomo a mi ventana, bien entrada la noche -una inevitable costumbre mía- y entre tules, telas, velas, rosas, centros y pasos de baile, también me imagino nuestra propia escena en el mar... como en una película, pero de esas que no son demasiado cursis: nosotros solos frente a la inmensidad del mar, el ruido de las olas de fondo, un pequeño mantel sobre la arena, dos copas, un malbec... nuestros deseos, nuestros pensamientos, hablar como siempre o como nunca, pasar eternas noches con luna de miel...
Creo que es una de las primeras veces en que estos grandes cambios, todos juntos, me movilizan tanto y tantas cosas... creo que después de todo se podía estar bien... ser feliz y no joder a nadie... sentir que sos feliz y ver como las cosas comienzan a salir bien...
Esto que es lo más parecido a mi sueño, hasta ahora, tiene algunas modificaciones. La realidad me hizo pagar precios un poco altos para mi gusto, pero yo sé que cerquita del mar todo puede ser mejor...


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